Mirando “La Inmaculada de Oballe”

image001Quiero proponer al lector de este artículo una experiencia poco ordinaria en nuestros días: la contemplación de una obra de arte. Requiere un poco de tiempo, algo de dedicación y disponer la actitud y la sensibilidad de forma adecuada. Poco más. La acumulación de conocimientos de historia o arte puede ayudar a discernir algunos detalles pero puede, mayormente, distraer de lo nuclear de la experiencia estética. Le propongo contemplar un cuadro de El Greco, conocido como “La Inmaculada de Oballe”.

¿Está usted preparado?

Contemplación

Vamos a dejar de lado el valor histórico de este cuadro para atender exclusivamente a su valor artístico, al menos de momento. Pensemos que alguien lo ha pintado hoy mismo para nosotros, para cada uno de nosotros, porque una obra de arte es un acto de comunicación personal, de alguien a alguien.

Debemos disponernos con una actitud especial: la actitud contemplativa. Comenzaremos contemplando el cuadro, preferentemente el original. Si no es posible contemplar el original busquemos una reproducción lo más parecida posible, en tamaño y en materiales. Si tampoco esto es posible, tendremos que conformarnos con lo que tengamos a nuestra disposición.

Contemplar una obra de arte significa, en primer lugar, dejarse impresionar. Callar en nosotros nuestro lado activo, verbalizador, racional, analizador, constructivo, y dejar funcionar nuestro lado más intuitivo, pasivo y totalizante. No es que sea malo nuestro lado racional, es que debemos ayunar un poco de su protagonismo y dar así una oportunidad a nuestra intuición estética. ¿Qué me sugiere este cuadro? Miremos el cuadro el tiempo y las veces que sea necesario, desde este punto intuitivo, evitando un análisis racional, dando vueltas y vueltas al efecto de su mirada: ¿Qué sentimientos me sugiere? ¿Qué pensamientos? ¿Me alegra? ¿Me entristece? ¿Me angustia? ¿Me anima? La contemplación es escucha, escucha silenciosa. ¿Qué me dicen sus formas? ¿Sus colores? ¿Sus contrastes? Respiremos su atmósfera. ¿Qué recuerdos vienen a mi mente? ¿Qué ideas me suscita?

La calidad de una obra de arte se mide por su profundidad contemplativa. Estamos ante un cuadro profundo, dejémonos empapar por su arsenal de evocación. ¿Qué quiere transmitirme el pintor con esta composición de formas, figuras y colores? ¿A qué nuevo mundo me transporta?

Yo pediría al lector que se detenga aquí, que pierda el tiempo que quiera en contemplar el cuadro que tiene ante sus ojos, que se deje sintonizar por su armonía, arrebatar por su música. Esto es lo más importante del ejercicio que lo propongo. Implíquese personalmente porque el cuadro es para usted, lo pintaron para usted. El autor, alguien concreto y único, lo pintó para usted, que es también alguien concreto y único. Entiéndalo como un mensaje afectivo y personal. El arte es delicada evocación, ¿qué efecto le produce?

Nuestra sensibilidad, más o menos educada en el ejercicio estético, nos marcará el final de nuestra tarea contemplativa. Sólo le pido que no siga adelante sin una impresión clara. Intente escribir en un papel algunas palabras que resuman sus principales impresiones, que resuman su experiencia de escucha sensitiva.

Si se siente bloqueado y no es capaz de seguir adelante, les transcribo aquí lo que a mí me ha sugerido semejante ejercicio. Tenga en cuenta que la contemplación de una obra de arte, al ser un acto personal, puede producir efectos muy distintos de una persona a otra. No se sienta obligado a sentir los mismos sentimientos que, con indudable torpeza, me atrevo a transcribirle.

Remolino arrebatador desde la tierra hacia el cielo. Movimiento. Incendio. Tristeza de la tierra, oscura y borrascosa y, sin embargo, capaz de cultivar flores hermosas. María, arrebatada, se eleva sin esfuerzo, como una llama. Armonía en el cielo. Paz en movimiento como la música. Una mirada intensa y luminosa que arrebata. Una mirada compartida, mutuo embobamiento. Dios mira a María y se complace. María mira al Espíritu y se eleva ardiente. Elevación que gira y no se agota. Elevación eterna.

Si ha sido capaz de expresar de alguna manera sus sentimientos, siga adelante, si no, vuelva al inicio del artículo.

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¿Podemos seguir adelante?

Llegados a este punto liberemos nuestro reprimido raciocinio. Una vez fijados nuestros sentimientos evocados por el cuadro empecemos a preguntarnos cómo ha conseguido el artista suscitar nuestra respuesta.

Composición

image003 Fíjese en las líneas del cuadro, su composición. Intente trazar las líneas que soportan la colocación de las figuras. Le propongo trazar dos líneas diagonales imaginarias que unan los vértices del cuadro y otras dos líneas oblicuas, ambas partiendo de la cabeza de la paloma, una hacia la izquierda apoyando el cuerpo del ángel intermedio, otra hacia la derecha, marcando la mirada, el rostro y el torso de María. Finalmente un círculo perfilado de querubines encierra al Espíritu Santo y al rostro de María y la espiral en torno a la paloma.

Busqué más líneas claves en la composición del cuadro y analice su efecto.¿Qué efecto consigue esta estructura? ¿Qué aportan estos ejes a la evocación que ha provocado el cuadro en mí?

Las líneas oblicuas suelen producir efecto de movimiento, las horizontales equilibrio y tranquilidad. Las composiciones circulares pueden dar sensación de totalidad. ¿Piensa que en este cuadro están utilizadas de esta manera? ¿Le han producido un efecto distinto? No se preocupe si sus reacciones se salen del patrón académico, usted es más importante que los patrones académicos y ahora estamos proponiéndole una experiencia estética, no un curso de técnicas de composición.

El color

image005Analicemos el color, lleno de contrastes. Mezclas de sombras y colores vivos, de perfiles difusos. ¿Dónde están las fuentes de luz? ¿De dónde surgen? ¿Qué figuras resaltan? ¿Cómo iluminan estas fuentes de luz a cada uno de los personajes? ¿Cuáles son los colores dominantes del cuadro? ¿Qué efectos producen? Grises, amarillos, rojo, azul, blanco…

Intente ver exclusivamente los colores. No es fácil, le propongo aquí una forma de verlo.

La fotografía es siempre traidora en este aspecto. Si pudiera ver el cuadro original, entorne los ojos y fíjese sólo en los colores, como si las figuras no existiesen.

¿Qué colores dominan? ¿En qué orden? ¿Cómo ocupan el cuadro?

Quizá le ayude saber que los colores tienen un significado simbólico en la tradición iconográfica. Así, el amarillo suele representar al sol, la alegría y la luz; el rojo es el calor, el fuego y la intensidad de la vida; el azul es el reposo, la serenidad y tranquilidad; el verde es quietud, frescura y esperanza; el púrpura majestad, ornamento, dignidad y belleza; el naranja participa de las cualidades del rojo y del amarillo, si bien con menor intensidad o potencia en la sensación que estos producen, etc. El azul es color de la divinidad, el rojo de la humanidad, el blanco de la pureza… ¿Cuáles son los colores de María, protagonista de este cuadro?

Vuelva al texto que escribió previamente e intente relacionar sus impresiones primeras con estos aspectos técnicos del cuadro. Vuelva a mirar el cuadro e intente mezclar las impresiones intuitivas con el análisis técnico de los recursos pictóricos.

Vuelvo a ofrecerle mi versión como ejemplo:

Remolino arrebatador desde la tierra hacia el cielo [diagonales que producen efecto de ascensión. Espiral=remolino]. Movimiento. Incendio [amarillos y rojos en contraste con el blanco y el negro]. Tristeza de la tierra [color hueso de los edificios], oscura y borrascosa [sombras negras] y, sin embargo, capaz de cultivar flores hermosas [contraste de color de las flores con el fondo]. María, arrebatada, se eleva sin esfuerzo [parece sentada sobre las dos diagonales principales], como una llama. Armonía en el cielo [luminosidad en la parte superior y círculos formados por los ángeles]. Paz en movimiento como la música. Una mirada intensa y luminosa que arrebata [foco de luz amarilla iluminando la cara de María]. Una mirada compartida [círculo central que abarca al Espíritu y a María], mutuo embobamiento. Dios mira a María y se complace. María mira al Espíritu y se eleva ardiente. Elevación que gira y no se agota. Elevación eterna.

Personajes

Revise los personajes del cuadro. Quiénes son, su disposición, su postura, su relación entre ellos. Qué hacen, cómo. Observe el efecto de las distintas posiciones de los ángeles al ascender el cuadro, el ángel inferior nos da la espalda, los de la parte intermedia están de lado, los de la superior están de frente. Observe las miradas: todos miran a María. María mira a la paloma.

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Si le es posible, busque datos sobre los personajes, en este caso sobre María Inmaculada. Contemple la dimensión religiosa del misterio: En María, concebida sin pecado, se recrea la mirada de Dios que “ha mirado la humillación de su esclava” y no deja de “hacer grandes obras” por ella. Busque textos espirituales que hablen de esta dimensión. Léalos y coteje con el cuadro. ¿Refleja la dimensión espiritual del tema? ¿Cómo lo expresa?

Le apunto este texto del Apocalipsis que puede serle de ayuda.

“Un gran portento se dejó ver en el cielo: una Mujer vestida con el sol, la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas; y, estando en cinta, grataba al sufrir los dolores y el tormento de dar a luz.

Y se dejó ver otro portento en el cielo: allí estaba un gran dragón rojizo que tenía siete cabezas y diez cuernos; y, en sus cabezas, siete diademas; y su cola barrió la tercera parte de las estrellas del cielo y las lanzó a la tierra. El dragón se puso ante la Mujer que iba a dar a luz, para poder, en cuanto diera a luz a su hijo, devorarlo. Y ella dio a luz un hijo varón, que había de regir todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue llevado hasta Dios y hasta su trono. Y la Mujer huyó al desierto, dónde tenía allí un sitio preparado por Dios, para que allí la alimentaran durante mil doscientos sesenta días.” Ap. 12 1-6

El comienzo de este texto ha servido tradicionalmente a la iconografía cristiana para representar a María Inmaculada. ¿Cree que concretamente este cuadro está inspirado en este texto?

Símbolos

Otra dimensión importante de la obra son sus elementos simbólicos. Muchos objetos o personajes no tienen un significado exclusivamente inmediato, sino que representan realidades más complejas. Es evidente la simbología de la paloma, el Espíritu Santo, pero en el cuadro hay otros elementos claramente simbólicos: el sol y la luna, la ciudad, la serpiente, el barco de la parte inferior derecha… Otros elementos pueden tener carácter simbólico o pueden ser simples adornos en la escena: los instrumentos musicales, las flores… Quizá le moleste tener que jugar a ser un detective pero el llegar a descifrar estos misteriosos símbolos es fuente de grandes satisfacciones. Este cuadro encierra para usted muchos misterios.

Los pintores de la época solían acompañar a la Inmaculada de símbolos de las letanías. Intente identificar estos símbolos en el cuadro.

Espejo de justicia, Trono de Sabiduría, Torre de David, Torre de Marfil, Casa de Oro, Arca de la Alianza…

Otros detalles

Repare finalmente en lo que no le llama la atención. Quizá haya algún elemento o alguna zona del cuadro que le haya pasado desapercibida. Repase exhaustivamente todo y detecte si ha sufrido alguna omisión de este tipo. Pregúntese por qué. Analice qué misión pudiera cumplir en el cuadro esa zona omitida por su atención, quizá le empiece a parecer interesante.

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Vuelva nuevamente sobre sus notas, seguramente tenga nuevos elementos que añadir o que corregir. Según vamos ampliando las perspectivas de observación de una obra de arte vamos enriqueciendo las percepciones anteriores. Permítame volver sobre el ejemplo de mi propia observación:

Remolino (giro de las figuras al elevarse en el cuadro) arrebatador (ángeles en ascensión) desde la tierra (triste y oscura) hacia el cielo (luminoso) [diagonales que producen efecto de ascensión. Espiral=remolino]. Movimiento (espiral y diagonal). Incendio [amarillos y rojos en contraste con el blanco y el negro]. Tristeza de la tierra [color hueso de los edificios], oscura y borrascosa [sombras negras] (nubes tormentosas), sin embargo, capaz de cultivar flores hermosas [contraste de color de las flores con el fondo] (flores luminosas) (rosas y azucenas, amor y pureza). María, arrebatada, se eleva sin esfuerzo [parece sentada sobre las dos diagonales principales], como una llama. Armonía en el cielo [luminosidad en la parte superior y círculos formados por los ángeles]. Paz en movimiento (estructura circular concéntrica en la parte superior) como la música (ángeles músicos de cuerda y viento). Una mirada intensa (marcando uno de los ejes principales) y luminosa (coincide con el camino de iluminación más intenso) que arrebata [foco de luz amarilla iluminando la cara de María]. Una mirada compartida [círculo central que abarca al Espíritu y a María], mutuo embobamiento (mirada fija). Dios mira a María (mirada de la paloma) y se complace (iluminándola). María mira al Espíritu (ojos cálidos) y se eleva ardiente. Elevación que gira (giro de figuras al elevarse) y no se agota (estructura circular de la parte superior). Elevación eterna (equilibrio de la estructura).

El autor y la obra

Sólo queda un aspecto no pequeño para completar la mirada del cuadro. Saber más del autor y de su obra. Seguramente no le falten referencias válidas. Se trata de conocer mejor a la persona que ha querido comunicarnos sus experiencias, porque conociéndole más podremos entenderle mejor. Conociendo su obra también entenderemos mejor su lenguaje, cómo le gusta expresarse, cuáles son sus expresiones favoritas. Una buena manera de profundizar en esta línea es realizar un ejercicio semejante a éste con otras obras del mismo autor. Podrá comprobar las ventajas que aporta esta experiencia.

Busque también datos concretos sobre esta obra y sobre otras obras similares, otras Inmaculadas, anteriores, contemporáneas y posteriores a ésta. Seguro que le aportan nuevas sugerencias para enriquecer su mirada.

Pero el camino no se agota en esta etapa. Puede usted seguir avanzando indefinidamente. A través de estos pasos habrá podido observar que avanzar y retroceder son términos confusos en este ejercicio: si quiere seguir avanzando, retroceda. Vuelva a repetirlo todo. Siempre será de otra manera.

Referencias adicionales

Comentario a este cuadro en Alfa y Omega: http://www.alfayomega.es/estatico/anteriores/alfayomega417/raices/raices.html

Interesante información del Museo del Prado sobre su restauración: http://museoprado.mcu.es/msite_elgreco/home1.html